Potencia y agarre: El Opel Insignia lidera el camino

Opel Winter-Event Thomatal 2019

120 años de producción de automóviles Opel

  •  Oferta exclusiva: Opel Insignia “120 Aniversario” edición especial en las mejores condiciones.
  • Décadas de diversión de conducción: Kadett, Diplomat, Calibra, Insignia GSi entre otros.
  • Gran precisión: chasis FlexRide y tracción total Twinster con reparto vectorial de par.
  • Todo a bordo: la democratización de las tecnologías es la filosofía de la marca.

Rüsselsheim/Madrid. Opel lleva fabricando coches desde 1899. Todo comenzó con el Opel Patentmotorwagen “Sistema Lutzmann” de 4 CV, según un catálogo de la compañía en aquel momento, “siempre solo lo mejor de lo mejor”. En 2019, Opel celebra su 120 aniversario de producción de automóviles y, por lo tanto, sus 120 años de innovaciones. La marca alemana tiene una larga tradición en ser pioneros en los avances de alta tecnología y llevarlos a la producción en serie. Los motores potentes y los chasis seguros con mucho agarre, siempre han jugado un papel destacado, por ejemplo con el 1.3 litros y el chasis con “suspensión sincrónica”, con el Diplomat B que montaba un eje trasero “De Dion”, o el Rallye Kadett GT/E y el súper dinámico Calibra Turbo con tracción total.

Opel Calibra Turbo

El mejor ejemplo de esto hoy es el buque insignia de Opel: gracias a la combinación de la tracción a las cuatro ruedas con diferencial trasero Twinster con reparto vectorial del par motor y el chasis electromecánico FlexRide, el Insignia es un campeón de la tracción y el comportamiento neutro. Es una máquina de conducción por excelencia, especialmente en invierno sobre nieve y hielo. Ahora, el Insignia está disponible como una edición especial ” 120 Aniversario”, tanto en versión berlina Grand Sport, como en familiar, Sports Tourer y, en ambos casos con un amplio equipamiento y la posibilidad de elegir entre el motor 1.5 litros turbo de gasolina de 140 CV o el diesel, 1.6 litros de 136 CV, los dos con transmisión manual de seis velocidades suave y precisa.

Opel Insignia Grand Sport

Otros sistemas de asistencia como el Asistente de Aparcamiento delantero y trasero o el Control de Velocidad de Crucero se instalan de serie en esta versión. El Insignia “120 Aniversario” también cuenta con otras tecnologías avanzadas, como el Reconocimiento de señales, Indicador de Distancia de Seguridad, Alerta de Colisión Frontal, Alerta de cambio Involuntario de Carril o Detección de Peatones. El sistema multimedia NAVI IntelliLink® 4.0 con pantalla a color táctil de 7″, altavoces de alta fidelidad, entrada auxiliar de audio/iPod, MP3, conexión USB, Bluetooth®, Proyección Smartphone en pantalla (Apple CarPlay/Android Auto) y control por voz a través del Smartphone, también es de serie en esta versión. Los modelos “120 Aniversario” son realmente llamativos con unas atractivas llantas de aleación ligera de 17 pulgadas con acabado Technical Grey y neumáticos 225/55 R 17.

“Con nuestros modelos de aniversario “120 Aniversario” con muy alto equipamiento, demostramos una vez más lo valiosas que son las tecnologías prácticas”, dice Xavier Duchemin, director general de Ventas y Marketing de Opel. “Por lo tanto, tenemos en nuestra gama exactamente los vehículos que nuestros clientes desean, y además, en condiciones muy atractivas”.

El Opel Motorwagen representó “el mayor logro en diseño de motores hasta la fecha”

Opel Insignia en general y la Insignia “120 Aniversario” en particular, muestran que es una característica fundamental de la marca ofrecer siempre a los clientes más de lo que esperan en cada uno de los segmentos de mercado. El fundamento de esta filosofía fue establecido a finales del siglo XIX por el Opel Patentmotorwagen “Sistema Lutzmann”. Ya ofrecía dos aspectos destacados de la tecnología: el primero era el neumático, que fue inventado por Robert William Thomson en 1845, pero aún no había encontrado un uso notable en la producción de automóviles. El segundo fue su motor monocilíndrico de 4 CV. En enero de 1901, este motor llevó a Opel a afirmar que los autos construidos en Rüsselsheim “representan los logros más altos en diseño de motores hasta la fecha en términos de simplicidad del mecanismo y robustez de la construcción”.

“Velocidad vertiginosa” gracias al motor de dos cilindros y 12 CV.

“Siempre solo lo mejor de lo mejor” es otro lema característico de Opel. Y por ello, el fabricante de automóviles de Rüsselsheim, al igual que todos los fabricantes de automóviles y motores, se enfrentó a la demanda de los clientes de más potencia y, desde el principio, puso el listón aún más alto en 1902. El primer motor de dos cilindros de la compañía, desarrollado bajo la dirección técnica de los expertos hermanos Fritz y Wilhelm, entregaba 12 CV. El Opel con carrocería descapotable alcanzó la “vertiginosa velocidad” de 45 km/h. Este era más un valor teórico, ya que las carreteras solo estaban pavimentadas, y suficientemente pavimentadas, en todo caso, en las ciudades. Sin lugar a dudas, la bomba de aceite mecánica, permitió llevar a cabo el progreso. La bomba de mano con mirilla, que tenía que ser operada por el conductor cada 10 a 15 kilómetros, se había vuelto finalmente obsoleta.

La suspensión síncrona de Opel acaba con la edad del carro tirado por caballos.

Otro hito en el desarrollo tecnológico de la marca de Rüsselsheim aseguró que no todas las deficiencias de las infraestructuras de aquellos tiempos se filtraran por completo al conductor y los pasajeros. La “suspensión síncrona de Opel” presentada en la feria comercial de Berlín en 1934 fue el diseño alternativo a la suspensión de rueda delantera “sin eje” todavía ampliamente utilizada. Unos muelles helicoidales horizontales y amortiguadores hidráulicos de doble efecto montados en la carcasa del muelle (la suspensión Dubonnet evitaba las oscilaciones de inclinación). Junto con las ballestas de hojas semielípticas y los amortiguadores hidráulicos en el eje trasero, permitieron que los baches no se filtraran al habitáculo. Comparado con el modelo 1.3 litros Opel de 24 CV, que también incluía un chasis con travesaños longitudinales y diagonales, transmisión de cuatro velocidades y frenos hidráulicos, los diseños de muchos de los competidores que databan de la época de los carros tirados por caballos de repente parecían bastante obsoletos.

El “seis en línea” ofrece sensaciones premium en el segmento medio

El Rekord A “6” mostró claramente cómo Opel continuó impulsando la “democratización” de las tecnologías de alta calidad. El corazón del modelo tope de gama lanzado en 1964 entregaba un impresionante par motor de 185 Nm con un cubicaje de 2.6 litros. Su entrega de potencia suave y tranquila desafió su potencia, con el refinado motor de seis cilindros en línea que les da a la berlina media y al coupé una sensación de primera calidad. Esto se basó en el principio de diseño de la vieja escuela con árbol de levas en el bloque, distribución por varillas con balancines y válvulas en la culata. Los taqués hidráulicos permitieron una distribución que no requería mantenimiento. El motor de carrera corta mejoró significativamente el Rekord A hacia el final de su vida comercial y también fue un complemento ideal para los nuevos modelos de clase alta: Kapitän y Admiral gracias a su carácter refinado.

Como si Opel hubiera construido el mejor camino imaginable con el Diplomat.

El fabricante alemán de automóviles continuó sin ocultar su inclinación por las soluciones avanzadas de motorizaciones y chasis. Por ejemplo, el catálogo de ventas del Opel Diplomat B lanzado en 1969 decía: “Lo hemos construido desde adentro hacia afuera”. ¿Por qué? “La tecnología establece el tono”. Es justo decirlo, especialmente en vista del eje trasero “De Dion” que fue muy elogiado por los expertos. Este elaborado diseño en el que el eje de unión de las ruedas no soporta el diferencial, combina las ventajas de la caída contante del eje rígido con los beneficios de un sistema de ruedas independientes, rebajando al mismo tiempo el peso no suspendido. El eje De Dion está unido a cada rueda trasera con su muelle y amortiguador telescópico y describe una curva para salvar el diferencial. El diferencial, por tanto, está unido al bastidor y es parte de la masa suspendida. En un eje rígido normal, por el contrario, el diferencial está en el eje y forma parte de la masa no suspendida. Todo junto parecía “como si hubiéramos construido en la mejor carretera imaginable”.

105 CV para catapultar el “Cohete de Rüsselsheim”.

Dotar de 105 CV un automóvil compacto fue también una declaración en 1975. Con el Kadett GT/E, Opel lanzó un “modelo base competitivo”. El potente modelo para “todos los días” con excelentes características de conducción estaba destinado al consumidor medio “más deportivo”, y también fue la base del coche de carreras para los pilotos de rally y circuitos. El motor de inyección de 1.9 litros con un alto par motor, que también se usó en el nuevo Manta GT/E, catapultó el “Cohete de Rüsselsheim” con un peso de tan solo 900 kilogramos, a acelerar de cero a 100 km/h en 10,2 segundos. Alcanzaba una velocidad máxima de 184 km/h y más tarde, con el motor de 2.0 litros, incluso llegó a los 190 km/h. Para lograr el mejor agarre y las altas velocidades en el paso por curvas, los ingenieros no dejaron nada al azar al desarrollar el chasis: gracias a los muelles helicoidales más rígidos y los amortiguadores especiales Bilstein, el chasis estaba bien equipado para gestionar la alta potencia del motor y ofrecía abundantes reservas de seguridad.

Seis cilindros en línea de alta tecnología combinada con la máxima velocidad

A finales de la década de 1970, Opel presentó el Senator como el sucesor de la legendaria serie KAD (Kapitän, Admiral, Diplomat). El nuevo buque insignia de Opel fue convincente tanto en términos de tecnología como de calidad y se colocó en comparación directa con las berlinas de Stuttgart y Múnich. Un segmento por debajo de este, el Opel Omega reemplazó al Rekord E en 1986 y fue elegido “Coche del Año 1987” en Europa. Tanto para los modelos Senator como Omega, Opel desarrolló un motor de seis cilindros en línea completamente nuevo, que fue una de las mejores unidades de su tiempo en términos de rendimiento, refinamiento y entrega de potencia. Una moneda podría estar de canto sobre la culata de este motor al ralentí sin volcarse debido a las vibraciones del motor.   Para los ingenieros de Opel fue especialmente complicado el hecho de que el nuevo motor proporcionara una propulsión suave en el modelo Senator 3.0i 24V del segmento alto, mientras que al mismo tiempo, impulsara con rabia el Omega 3000 24V, la versión más deportiva de la berlina de tamaño medio. Fue un acto de equilibrio que los ingenieros dominaron con gran éxito. El nuevo motor de 3.0 litros de seis cilindros entregaba 204 CV/150 kW. La tecnología de cuatro válvulas y el innovador sistema de admisión doble aseguraron la mejor entrega de potencia y mucha diversión de conducción incluso a bajas revoluciones, con un par máximo de 270 Nm. El motor impresionó con excelente aceleración y alta elasticidad a lo largo de todas las rpm. El Omega 3000 24V con transmisión manual de cinco velocidades aceleraba de cero a 100 km/h en 7,6 segundos, mientras el Senator 3.0i 24V – más pesado necesitó dos décimas de segundo más.

Opel Senator A

El chasis DSA con eje trasero multibrazo ofrece altas reservas de seguridad

Para garantizar que la mayor potencia del motor llegara a la carretera de manera segura y uniforme, los ingenieros de Opel equiparon los deportivos Opel Omega 3000 y Omega 3000 24V, así como todos los modelos Senator, con un sistema de suspensión trasera multibrazo recientemente desarrollado. El sistema basado en el chasis de seguridad DSA garantizaba altas reservas de seguridad en todos los rangos de velocidad y situaciones de conducción. Los ingenieros lograron esto a través de un elemento de guía adicional. Sin este brazo diagonal adicional, habría sido necesaria una configuración de chasis más firme, lo que habría dado lugar a pérdidas considerables de comodidad, especialmente en los modelos Senator, algo que los clientes no habrían apreciado. Gracias a muchos años de trabajo de desarrollo simulado por computadora, los ingenieros pudieron mejorar la precisión de la dirección y el comportamiento en las curvas. Esto fue particularmente evidente en las curvas rápidas y en los cambios de carga, pero también en los cambios repentinos de carril y en las maniobras evasivas. Especialmente en los motores de alto rendimiento, las grandes diferencias de par afectan a las ruedas motrices, lo que producía reacciones de autodirección en el vehículo. El nuevo eje trasero multibrazo DSA redujo esto al mínimo. De este modo, los ingenieros de Opel lograron trasladar el rendimiento significativamente mayor con los nuevos motores de seis cilindros a la carretera de manera segura sin sacrificar la comodidad ni comprometer la configuración del vehículo.

El Opel Calibra establece estándares con diseño progresivo y tracción total

Opel entró en la última década del siglo pasado con un diseño progresivo. El Calibra presentado en la IAA de 1989 no solo ganó numerosos premios internacionales de diseño, sino que el coupé deportivo de cuatro asientos también fue tecnológicamente convincente en todos los ámbitos. El Calibra impresionó con el coeficiente de resistencia aerodinámica más bajo de todos los coches de producción en serie; el valor Cx de 0,26 le valió el título de “Campeón del Mundo de Aerodinámica”. Desde finales de 1990, la tracción total – que ya estaba disponible en el Opel Vectra – se incorporó al coupé. El sistema aseguraba una buena tracción, una excelente estabilidad de frenado y un comportamiento seguro en todas las situaciones. Un embrague viscoso proporcionaba el equilibrio de par motor necesario entre los ejes delantero y trasero al circular por carreteras de curvas. También distribuía automáticamente el par motor entre los dos ejes, dependiendo del deslizamiento de las ruedas delanteras. El eje trasero se hacía cargo de entre el 15% y el 60% de la potencia, llegando, en casos extremos incluso hasta el 100%. Los ingenieros de Opel lograron un aumento adicional de la seguridad de conducción con un embrague hidráulico multidisco. Al interrumpir la transmisión de potencia al eje trasero instantáneamente durante el frenado, el sistema aseguró una excelente estabilidad de frenado en todas las situaciones de conducción, también gracias al sistema ABS de serie.   Debido a su diseño deportivo e icónico, Calibra exigió virtualmente una versión más alta con un rendimiento poderoso, que Opel ofreció desde 1992. El fabricante reemplazó el motor de 16 válvulas con una unidad turbo de nuevo diseño basada en el probado motor de cuatro válvulas. Este cambio requirió solo unas pocas modificaciones por parte de los ingenieros. Sin embargo, esto aseguró un aumento significativo en las prestaciones de 150 a 204 CV con casi el mismo consumo de combustible y, junto con la tracción total, convirtió al Calibra Turbo en un verdadero competidor del Porsche 968, que era casi el doble de caro en aquel tiempo. Una de las características técnicas especiales del nuevo motor turbo de Opel fue la integración del turbocompresor y el colector de escape en un único componente. Este sistema integral funcionaba con pérdidas térmicas particularmente bajas y una eficiencia del turbocompresor significativamente mayor. El nuevo motor turbo desarrollado marcó el comienzo de una nueva era, con motores turboalimentados que se abren camino en más y más modelos y clases de vehículos.

Chasis FlexRide con tres modos diferenciados para una conducción divertida y precisa

A partir de 2008, la palabra mágica de Opel para una mayor diversión de conducción y seguridad fue “FlexRide”. Inicialmente reservado para el nuevo tope de gama, el Insignia de Opel, el chasis electromecánico con control adaptativo de la amortiguación se introdujo en la nueva generación del Astra solo un año después. La característica especial: con el chasis FlexRide, el conductor podía ajustar la dinámica de conducción de acuerdo con sus propias preferencias seleccionando el modo Normal, Sport o Tour, una verdadera primicia en el segmento compacto.   Gracias a la unidad DMC (Control del Modo de Conducción), el chasis se alineaba de forma automática y en una fracción de segundo a las maniobras de dirección, el comportamiento de la aceleración, las condiciones de la carretera y el modo. En el modo Tour, los amortiguadores son más blandos y la dirección es más suave. Esto hace que los largos viajes en automóvil sean más relajados. En el modo Sport, el chasis FlexRide ofrece una experiencia de conducción más dinámica con una respuesta más directa: la amortiguación se hace más rígida, la dirección responde más directamente y el acelerador electrónico ofrece una respuesta más rápida del pedal. Para resaltar visualmente el modo más deportivo del automóvil, la iluminación de los instrumentos cambia de blanco a rojo.

Insignia con FlexRide y tracción total con reparto vectorial de par

El Opel Insignia marca actualmente lo último en precisión y diversión de conducción, en su versión más deportiva como el modelo tope de gama GSi. También en este acabado se cuenta de serie con el chasis FlexRide más desarrollado, que incluso en el GSi ofrece un modo especial “competición”. Este modo da al conductor deportivo más libertad antes de que el ESP intervenga.

Opel Insignia GSi

El sistema de tracción integral Twinster con reparto vectorial del par motor es el complemento perfecto para el chasis deportivo. Este sistema de alta tecnología, que es único en este segmento, sustituye el diferencial convencional en el eje trasero por dos embragues que pueden controlar en fracciones de segundo el par transmitido a cada rueda trasera individualmente. Dependiendo de la situación de la conducción, se acelera cada rueda, independientemente del estado de la carretera o de las condiciones climáticas. El molesto subviraje desaparece virtualmente en el Insignia GSi, que sigue la trazada deseada por el conductor. En combinación con neumáticos deportivos especiales y el motor diésel BiTurbo de dos litros y 210 CV/154 kW (consumo de combustible según NEDC: urbano 9,4 l/100 km, extra urbano 5,8 l/100 km, combinado 7,1 l/100 km, emisiones de CO2 188-187 g/km; consumo de combustible según WLTP: combinados 8,0-7,6 l/100 km; emisiones de CO2 208-198 g/km), el Insignia GSi, puesto a punto en el legendario Nürburgring Nordschleife, alcanza velocidades de hasta 233 km/h y se convierte en una máquina de conducción de gran precisión.

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Publicado en: Opel

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